sábado, 7 de noviembre de 2009

26 - Siempre sentí que sobraba

- Existe la posibilidad de que yo pueda ser heterosexual? Usted lo cree posible?
- Gabriel, realmente lo que yo crea o no posible no tiene verdadera importancia en este contexto.
- Si pudiera elegir, me gustaría ser heterosexual; casarme, tener hijos. He escuchado que existen terapias de conversión, para casos como el mío. Digame, por qué terminé siendo homosexual? Es genético?
- No tengo la respuesta a esa pregunta. Nadie lo sabe con certeza y entiendo que no se ha descubierto ningún "gen rosa". La opinión más aceptada es que como toda conducta tiene bases en la infancia y en el entorno del individuo. Hay casos investigados de gemelos idénticos, los cuales tienen la misma secuencia genética, donde hay casos que ambos son homosexuales o que solo uno es homosexual, por lo que eso descartaría la presencia de un gen que pueda marcar a un individuo como homosexual; lo que no implica que sí hayan caracteres genéticos no identificados que predispongan a un individuo. El entorno y los eventos de la primera formación de la personalidad hacen el resto. Con o sin genética, lo importante son los eventos que intervienen en la formación de la personalidad de cada individuo. No se si esto contesta tu pregunta?
- Sí. Gracias. En mi caso no se que puede haber influido. Nadie en mi familia es homosexual. Y en casa el tema sexo era bastante tabú.
- Lo importante es que te sientas cómodo con la elección que hagas. Que no sientas que debes hacer algo por convencionalismo, sino por que lo desees. Veamos, porqué no hacemos un ejercicio? Cerrá los ojos por favor. Retrocedamos a tus recuerdos más antiguos. Remontemonos diez, quince, veinte, veinticinco años en el pasado, remontemonos al momento de tu nacimiento. En tu mente, lo podes ver?
- Sí, me imagino como fue
- Decime lo que vas viendo, por favor.
- Es un 26 de diciembre. Nací por cesárea. A mi vieja el embarazo la tomó de sorpresa. Tenia cuarenta y tres años en ese momento, ya había empezado con irregularidades en el periodo menstrual, por la proximidad de la menopausia y de repente, quedó embarazada. Mi hermano Lucas apenas tenía 11 meses. Estaba asustada. "Lo único que quiero es que sea sanita" le decía a todos, es que a su edad y en el 84, había muchos riesgos de tener un hijo con síndrome de down. Esperaba una nena. Se va a llamar Gabriela, dijo cuatro meses antes de que yo naciera y prepararon todo en color rosa. Un moisés, escarpines, batitas; todo en rosa. Cuando el cirujano salió y lo vio a mi padre, le dijo, "Felicitaciones, Manuel, aunque le erró en el pronóstico, fue un hermoso varón, Ana está perfecta, y el bebé también, vaya, pase a verlo a la nursery". Estuvimos con mi mamá cuatro días en el sanatorio hasta que nos dieron el alta. Durante ese periodo vinieron todos mis hermanos, tíos, abuelos y amigos de la familia a conocer al último de los Romero Prada. Mi madre dijo "Con este cierro la fabrica. Siete fueron suficientes. Esperaba una nena, pero vino un varoncito, se llamará Gabriel Leonardo".
- Prosigue por favor
- He visto fotos mías de esa época y realmente parecía una nena, toda la ropa preparada era rosa. Debieron recuperar ropa que había usado Lucas para que pareciese realmente un nene. casi no fui amamantado. Mi madre entró inmediatamente después de que nací yo en la menopausia. Al año me bautizaron. Mis padrinos fueron mis dos hermanos mayores, Germán y Claudia, quienes me llevan dieciocho y dieciséis años. De mis primeros años no tengo más recuerdos. De chico solía pasar largos periodos en casa de mis abuelos paternos. Me quedaba a dormir allá, para mí eran los mejores días esos. En casa de mis abuelos jugaba y aprendía cosas. Mi abuelo era numismático y tenia unas lentes de aumento enormes. Me enseñó a usarlas y a apreciar las diferencias entre una estampilla y otra. Me acuerdo que habré tenido cuatro años y me regaló una lente de aumento de bolsillo. La llevé al jardín de infantes y me la robaron. Un chico más grande me la quitó. Esa tarde cuando le conté a mi papá me reprendió diciendo que las cosas de valor de la familia no eran para llevarlas al jardín y "que me jodiera por pelotudo". Papá siempre fue así conmigo. En casa salvo por Lucas y Facu siempre sentí que sobraba. Nunca hubo un juguete para mi, siempre herede lo de los demás, lo mismo con la ropa. En la mesa, por ejemplo, eramos 9 en una mesa para 8. El que sobraba era el último en llegar, osea yo. En el auto lo mismo. Siempre alguno se quejaba que iban incómodos por culpa mía. Yo era el que no encajaba. Una vuelta estaba mi papá con sus amigos jugando al buracco en el living de casa y pase yo. Mi viejo me dijo "dejá de caminar moviendo el culo como las mujeres, caminá como hombre". En otra oportunidad, había una chica, hija de unos amigos de mis viejos, se llamaba Verónica, era de mi edad y jugábamos a que eramos novios. Un día mi papá en el club delante de todos sus amigos me dijo "dejate de joder con que Verito es tu novia, eso es para gente grande"; me quede muy avergonzado después de eso. Y mi cumpleaños, nunca se celebró el día 26 de diciembre, siempre se aprovechaba navidad y se hacía todo junto. El 25, al almuerzo, con toda la familia reunida, aparecía una torta y me cantaban el feliz cumpleaños. No habían regalos extra, si ya había recibido regalos el 24. Nunca un amigo invitado a mi cumple, siempre en familia y celebrando la navidad. Ya se, no son buenos recuerdos, pero es lo que aparece.
- No importa, vas muy bien. Y tu madre? que raro que casi no la mencionas
- Es que casi nunca estaba. Siempre tenia alguna cena o reunión de alguno de los grupos de caridad a los que pertenecía. Siempre había una colecta que hacer. De Lucas y de mí se ocupaban mayormente Lorena y Facundo. En la escuela para los actos del día de la madre, yo siempre soñaba con que en algún momento iba a aparecer. Nunca fue. Siempre algún compromiso se lo impedía. Igual que mi viejo. Nunca tenían tiempo para esas cosas. Eso sí, los domingos había que ir a misa, para eso no había excusas. Recuerdo que una vez, a mi mamá por su cumpleaños le compré con mis ahorros un bonito encendedor, habré tenido siete años. No se, me habrá costado unos 50 pesos de hoy, recuerdo que junté esa plata durante varias semanas, peso sobre peso. Lo había visto en una vidriera, y como ella fumaba me imagine que le encantaría mi regalo, que me daría un beso enorme, que por una vez sentiría que era su hijo adorado. Se lo dí, me miró sorprendida, me dio un beso y lo dejó sobre la mesa. Una semana después vi que lo tenía Julio, el chofer de papá. Cuando le pregunté de donde lo había sacado, me contestó que mi mamá se lo había regalado. Claro, mi mamá usaba encendedores Dupont de oro. No iba a ir con un encendedor común a sus reuniones de caridad, no ella, Doña Ana Prada de Romero.
- Gabriel, abrí los ojos por favor, y decime que ves delante tuyo - le digo mientras sostengo un espejo
- Un espejo
- Qué ves en ese espejo? Decime su nombre completo.
- Me veo a mi, Gabriel Leonardo Romero Prada
- Gabriel, lo que vos ves es una suma de circunstancias. Es en parte todo lo que has dicho hoy y en sesiones anteriores, pero es también muchas cosas más. Hay mucho potencial y hay facetas tuyas por descubrir y explotar. Focalicemonos en eso. Hoy dejaremos las cosas feas y negativas del pasado a un lado para empezar a descubrir a ese Gabriel que ves en este espejo. Estas de acuerdo?
- Sí.
- Como te sentís?
- Feliz.
- Muy bien. Dejemos hoy acá.

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