domingo, 29 de noviembre de 2009

38 - Con vista al jardín

La pareja llevaba unos 15 minutos esperando que los recibiera el Dr. Mariotti, director de la clínica, finalmente, la secretaria de este los hizo pasar al consultorio de este, a ambos les llamó la atención la cantidad de títulos y certificados de asistencia a congresos que la habitación lucía enmarcados en las paredes. Luego de los saludos de rigor, Leandro Martinez y su esposa Luz se sentaron frente al Dr. Mariotti.

- Hemos estado estudiando el caso de su padre, Sr. Martinez, y concuerdo con el diagnóstico
- Entonces, es psicosis.
- Sí, entendemos que su padre sufre de esa enfermedad. Pero actualmente, con los avances de la ciencia, es una enfermedad curable, no hay que perder las esperanzas.
- Y qué sería lo más conveniente para que se recupere doctor? - preguntó la mujer
- En principio creemos que lo más adecuado sería internarlo, así podremos tratarlo las 24 horas de día y analizar su evolución durante unos tres meses al menos. Disponemos aquí de un ala especialmente habilitada para pacientes con este tipo de patologías, separados del resto de los internos, me entiende...
- Sí, claro
- Casualmente, en esa ala se acaba de liberar la habitación 118, una de las mas hermosas, tiene una muy linda vista al jardín, quieren venir a verla?
- Es posible ver la habitación? - pregunta el joven
- Sí, por lo general el resto de pacientes de ese sector, está recluído en sus propias habitaciones, vayamos.

Llegaron hasta el sector para pacientes psicóticos en el primer piso, traspasaron las puertas y controles de seguridad e ingresaron a la habitación 118.

- Ven? Tal como les dije - dijo el Dr. Mariotti - una muy linda habitación con una bonita vista a nuestro jardín
-Sí realmente - asintió Leandro Martinez
- Y esto que es? - pregunto la Sra. Luz - mientras sostenía en sus manos un pequeño muñequito hecho con corcho, alambres y resortes que habia encontrado en el piso, al lado de la cama.
- Pertenencia personal del último paciente que ocupó esta habitación. Un colega nuestro, sabe? una tragedia, perdió a toda su familia en un incendio en su casa de verano en Valeria del Mar, fallecieron su esposa, sus dos hijas, sus dos nietos y sus yernos.
- Sí, recuerdo el caso - fue hace el verano del 2007. dijo la mujer mientras le entregaba el muñequito
- Felipe fue además de un excelente profesional fue un amigo muy cercano. Luego del incendio quedó muy mal, entró en un estado catatónico. Le dimos esta habitación, y por casi mas de un año estuvo aquí. Se pasaba el día en esa silla mirando el jardín. Este muñequito fue un regalo de uno de sus pacientes hace muchos años. Siempre lo tuvo sobre su escritorio. Se lo trajimos acá para que adornara un poco la habitación mientras estuvo internado.
- Se recuperó? - pregunto la mujer
- No, señora.
No hubo caso. No pudo soportar su tristeza. Se había abandonado a si mismo.

Salieron y dejaron la habitación 118, en pocas horas, otra persona la ocuparía; el Dr. Mariotti al cerrarla, le dio una última mirada, esperando en vano encontrar a su amigo, Felipe, nuevamente sentado en su sillón mirando desde aquella ventana con vista al jardín.

Fin

37 - Vacío y terriblemente solo

- Gabriel, qué significa eso de que hace ocho años te di el alta? - le pregunto mientras me siento en mi sillón tratando de comprender lo que esta pasando en el día de hoy
- Exactamente eso. Hace ocho años fuiste mi terapeuta, en esta misma clínica y me diste el alta - me responde
- No es posible, llevo menos de seis meses trabajando acá
- Es lo que vos preferís creer, pero en realidad, hace casi veinte que trabajas en este lugar
- Veinte años? Si solo tengo veintisiete años de edad. Que estas diciendo?
- Te estoy mostrando la realidad que no querés ver por vos mismo. Tenes cincuenta y tres anios, no veintisiete. Durante los últimos meses has preferido escaparte de la realidad y vivir como propias otras vidas, la mía por ejemplo. Reviviste mi etapa como paciente tuyo. Supongo que eso mismo has estado haciendo con los otros, o no?
- Los otros? A quienes te refieres? - pregunto intrigado
- Susana, Fernando y Claudio, nosotros cuatro hemos venido llenando tus horas - me responde
- Ellos tres son mis pacientes actuales.
- Osea que sólo a mí me diste el alta? Porqué? Eso quiere decir que los otros aun están internados?
- Por supuesto, son mis pacientes!
- Lo fueron... Entendelo! A Susana la atendiste en el 99. A Claudio en el 2006. Fernando fue el más reciente de los cuatro, lo atendiste hace un año y medio, a todos nos diste el alta en su momento, todos nos fuimos de acá.
- No entiendo, no es posible.
- Lo que te estoy diciendo es que todo lo que vos estas viviendo como realidad no es otra cosa que una invención de tu mente, no te das cuenta?
- No es posible, no es posible
- Sí, lo es.

Gabriel hace una pausa y se queda mirándome. Al rato retoma la conversación

- Porqué me elegiste a mi? Porqué me diste el alta antes que a los otros? Te estaba aburriendo? Necesitabas que hiciera algo afuera?
- Te dí el alta por que estabas listo
- Hace ocho años sí. Pero esta vuelta, no te parece que te salteaste algunos pasos conmigo? Que hiciste la vista gorda a algunos detalles de mi caso?
- Gabriel, sinceramente no entiendo nada de lo que estas diciendo, no estoy de humor para bromas y en todo caso prefiero que me dejes sólo, no ha sido un buen día hoy, tengo un terrible dolor de cabeza.
- Me iré, por un rato, hasta que necesites hablar con alguien otra vez, pero pensá en lo que te pregunté: Quién sos?

Así como apareció, Gabriel desapareció de mi vista. No entiendo que me está pasando. Que quiere decir Gabriel con eso de "quien soy?". Está claro que se quien soy, mi nombre es... que me pasa? no puedo recordar nada.

Por un largo rato me quedo pensando en mí mismo, Gabriel estaba en lo cierto, no recuerdo mi nombre, ni se quien soy realmente. Trabajo en esta clínica, pero, no recuerdo otra cosa. Esta falta de conciencia se ha convertido en mi propia conciencia. Llamo a Gabriel, le pido que regrese, que me explique, pero hoy no regresa. Me reclino en el sillón y miro al jardín por la ventana intentando en vano encontrar las respuestas a mis preguntas en él. Me siento vacío y terriblemente solo.




sábado, 28 de noviembre de 2009

36 - Quien sos vos?

Tocan a la puerta. Ingresa Claudio, aunque por un instante, una milésima de segundo, es a Gabriel a quien veo cruzar el umbral. Cierro los ojos, los vuelvo a abrir sólo para comprobar que no es otro que Claudio a quien tengo delante mío, a punto de sentarse en el sillón. Me quedo sorprendido y me pregunto porqué habré percibido la imagen de Gabriel?

Intento retomar la sesión con Claudio desde nuestra última charla, pero me es casi imposible focalizarme. Algo me está ocurriendo y no se qué puede ser? Claudio menciona a Mercedes. Acaso era su hermana? Debo revisar mis notas... pero, donde están mis notas? siempre las llevo en una carpeta conmigo, sin embargo hoy no veo esa carpeta. Me pongo de pie y empiezo a revisar entre los papeles de mi escritorio si está allí la carpeta, sin darme cuenta que con este movimiento interrumpo lo que Claudio venía diciendo y sobre lo que no tengo el menor registro en la memoria.

- Le pasa algo, doctor? - me dice Claudio
- Que me dijo? - le pregunto girando sobre mi eje rápidamente
- Le preguntaba si le pasaba algo - me repite Claudio
- Pero... usted dijo algo más Claudio, me llamó de una forma...
- No licenciado, no recuerdo haberlo llamado de alguna forma en particular
- Usted me llamó "doctor", Claudio
- Le aseguro que no licenciado, es usted doctor también?
- No, no, para nada. Pero tengo una paciente que no puede evitar llamarme doctor, por mas que le diga que no me llame así, y por un momento me pareció escucharle a usted decirme doctor y quedé un poco confundido. No me haga caso; me estaba usted diciendo... - y le hago un ademán para que continúe mientras trato de encontrar esas notas sobre el escritorio.

Me doy por vencido, regreso a mi sillón y con mi mejor cara trato de seguirle el hilo a lo que Fernando me está diciendo. Fernando? Si hace menos de un minuto lo tenía a Claudio sentado frente a mi, le di la espalda para buscar mi carpeta de notas y al volverme me encuentro con Fernando. Que me está pasando?

- Perdoname Fernando - le interrumpo y busco la forma mas conveniente de preguntarle - Mi reloj no funciona bien, cuanto tiempo llevamos juntos ya hoy?
- Poco mas de media hora, licenciado
- Claro, tiene razón - miento - continúe

Trate de focalizarme unos minutos más en lo que Fernando me estaba diciendo, aunque fue una tarea casi imposible. Quería ordenar mis propios pensamientos, necesitaba pensar en lo que me estaba ocurriendo ese día. Esperé un momento adecuado para despedir a Fernando.

- Excelente Fernando, vamos progresando. Continuemos desde acá en nuestro próximo encuentro. - me levanto y lo acompaño hasta la puerta. Al quedar sólo me siento aliviado, necesito entender que me está sucediendo. Camino hacia la ventana para poder mirar el jardín y tratar de pensar en lo que me está pasando cuando de repente siento una voz femenina. Me sorprendo, giró 180 grados y veo a Susana sentada en el sillón

- Buenos tardes doctor. Vio que lindo día hizo hoy? Usted debería salir un poco... No se aburre de estar todo el día acá atendiendo? Debería tener un poco más de vida propia. Me imagino como debe tener la cabeza, escuchando todo el día las cosas que les decimos sus pacientes. Si son todos como yo... no me quiero imaginar como debe tener la cabeza. Debería salir y tomar un poco de aire... Y mire su habitación... es muy triste. Acá le hace falta un pequeño toque femenino. Voy a ver de conseguirle un florerito y le voy a traer alguna flor del jardín para darle un toque de alegría... no quiere que le acomode un poco los libros de esa estantería mientras hablamos? Puedo hacer ambas cosas, y no sería una molestia para mi... Le gusta como me até el pelo? Necesitaba un cambio. Cuando salga de acá me pienso internar en un spa... ay, miré que gracioso, salir de estar internada en un psiquiátrico para internarme en un spa. Que risa... Pero sí, necesito darle un mantenimiento integral a este cuerpo. Quien dice, por allí me animo y me hago una lipo o me pongo tetas... soy joven aun y estoy a tiempo. Además, hay uno de los enfermeros que he notado que me mira. Tan mal se ve que no estoy.
- Susana, nosotros esta conversación ya la tuvimos

- Cómo dice? Doctor
- Esto mismo que usted acaba de decirme, ya me lo había dicho la última vez que nos vimos
- Doctor, eso es imposible. Se siente usted bien?
- Para serle franco, no, Susana, preferiría sentarme y descansar, podemos suspender nuestro encuentro de hoy? - le pido
- Sí doctor, por supuesto, espero se mejore. No necesita que le llame a una de las enfermeras? que le pida un tecito?
- No Susana, déjeme solo, nada mas.

Nuevamente me acerco hasta la puerta y despido a uno de mis pacientes. Al cerrarla, apoyo mi frente sobre el marco de la puerta, tratando de organizar mis ideas, cierro los ojos.

- Un día jodido, no? - me dice una voz desde el fondo de la habitación, una voz familiar.

Volteo rápidamente para encontrarme parado, en el centro de la habitación, al mismísimo Gabriel.

- Gabriel, vos no deberías estar acá - le digo - te dimos el alta hace mas de una semana
- Sí, es cierto. Pero no fue hace una semana, el alta me la dio hace ocho años, no lo recuerda? aunque, para ser sincero, jamás me fui - me dice con una sonrisa
- Quién sos vos? - le pregunto
- Eso te lo deberías estar preguntando vos mismo. - me contesta Gabriel - Quien sos vos?

domingo, 15 de noviembre de 2009

35 - Verano en el jardín

Una nueva semana comienza. El verano llegó con toda su fuerza. A esta hora de la mañana aun se puede estar en el jardín sin que el sol te obligue a buscar sombra debajo de uno de los árboles o en la galería. Allá a lo lejos veo pasar al gato del cual me habló Susana. Un gato gris con brillantes ojos amarillos que se pasea por el jardín como si fuera de su propiedad.

Susana. En cualquier momento seguramente le daremos el alta. Me llama la atención por qué mencionó en una de sus últimas sesiones a tres pacientes con los cuales ella no debería haber tenido contacto, tres pacientes con una patología psicótica, por lo cual deben permanecer aislados del resto de los internos. Estuve haciendo preguntas y nadie recuerda haberle permitido ingresar a esa sección del primer piso. Como fue que Susana conoce de sus casos? Laura, una chica pelirroja, delgada, siempre con una muñeca hecha con trapos en brazos. Laura no pudo superar la muerte de su hija en los momentos previos al parto, cuando empezó el trabajo de parto y el cordón umbilical se enredó en el cuello del feto y asfixió a la nena antes de nacer. Laura en su enfermedad, cree que esa muñeca es su hija, a la cual carga y atiende durante todo el día. Mencionó también a Juan, un muchacho de unos 28 años el cual apuñalo a su esposa en un arranque de celos. Juan en su imaginación, creó varios amantes de su mujer y un día, cegado por los celos por la presencia de esos amantes imaginarios, la asesinó. Finalmente mencionó a Felipe, un terapeuta de esta misma clínica, catatónico desde que sufrió esa terrible tragedia familiar en la cual falleció toda su familia mientras estaban de vacaciones y él se encontraba trabajando acá. Casualmente, es la vacante de Felipe la que yo vine a cubrir acá en la clínica.

Aún no me han asignado un paciente en reemplazo de Gabriel. Me llama la atención. Como le estará yendo a Gabriel? Con Claudio aún siento que tenemos puntos para trabajar. Si bien hemos vencido el primer escollo, asociado a los mandatos paternos y la búsqueda desenfrenada por la excelencia, aún debemos resolver lo referido al modo en que está acostumbrado a disponer de las personas como objetos a su servicio, así como a lo relacionado a su adicción a la cocaína.

Y con respecto a Fernando... No logro que vea que el gran generador de sus problemas está relacionado a que no ha logrado resolver adecuadamente su relación con su madre y su propia sexualidad. Fernando vive apegado a su madre como si fuera aún un adolescente y hasta que no comprenda y vea a su madre como una mujer que puede y de hecho, tiene sexo con otro hombre, no podrá resolver las causas que le han impedido mantener una vida sexual y afectiva adulta y que han terminado derivando en el ataque de pánico que padeció. De hecho, es el más conflictivo de los casos que tengo entre manos.

El timbre suena, son las diez. Debo volver a la habitación 118 del primer piso. Esta mañana en el primer turno, tengo asignado a Claudio.

sábado, 14 de noviembre de 2009

34 - Temores y dudas

- Estoy un poco asustado - dice Gabriel para iniciar la última sesión del día
- Qué te asusta?
- Varias cosas. Para empezar me informaron que pasado mañana me darán el alta.
- Lo se. Te asusta volver al exterior?
- Sí. Algo. No se como será volver a tribunales, espero no encontrarme con otra gente del Opus allí, estaba lleno. Tengo que buscar un estudio donde empezar a trabajar por mi cuenta, comprarme ropa. Toda la ropa que tenía quedó en la residencia del Opus, no creo que la hayan llevado a casa de mis viejos, deben tenerla guardada en caso que decida volver, así son ellos, nunca se dan por vencidos. También me da un poco de miedo enfrentarme a mi familia.
- A tu familia?
- Supongo que al principio me van a mirar como a un bicho raro. Estarán pendientes de mis horarios, si salgo, con quien salgo y adonde voy. Tendrán miedo de que intente suicidarme otra vez, no se, me imagino eso. También tengo miedo de una posible confrontación con Facundo. En algún momento se va a aparecer y va a querer hablar conmigo, cagarme a pedos, lo conozco. Más aún por el tema de la enfermedad de mamá.
- Tu madre esta enferma? no sabía.
- El sábado pasado vinieron Mario y Lucas y hablaron con el psiquiatra, él les informó de mi alta. Luego estuvieron charlando conmigo. Mamá está depresiva, me dijeron. Trataron de minimizar el tema para que no me afecte, pero yo me di cuenta que no es una simple depresión, mi vieja debe estar bastante mal. Se echa la culpa de lo que pasó conmigo permanentemente y casi no sale de su habitación. Y lo peor es que ni siquiera voy a poder verla, por que a esa casa no pienso regresar ni de visita.
- Pero ella puede ir a visitarte a lo de tu hermano. Eso es posible.
- Claro, y es a ese posible encuentro que también le tengo un poco de miedo. Así como el tener que encontrarme con papá. Tengo mucha incertidumbre por lo que puede pasar y me preocupa. No quiero que se generen nuevas discusiones, ni quiero reproches.
- Hablaste de esto con tus hermanos?
- No. No lo tenía tan elaborado. Mañana regresa Mario, tiene que firmar unos papeles, veré de hablarlo.
- Qué otra cosa te está generando temor?
- No, eso nada más. Lo demás es incertidumbre. Dudas. Por ejemplo, desde hace meses que iba a misa a la salida de tribunales, por que en esa misa había un monaguillo rubio, con el que he tenido algunas fantasías. Y no se, me gustaría encararlo un día, pero no estoy seguro de como hacerlo, ni si debo.
- A su debido momento sabrás como manejar ese tipo de situaciones, debes tener confianza. Con respecto a las otras cosas, sería bueno que entre hoy y mañana prepares una lista de estas cosas, la escribas, la releas y les asignes un orden a cada una, así vas llevandolas a cabo de a una por vez y tu re-inserción será menos compleja.
- Bueno, voy a hacerlo.
- He preparado una lista de tres buenos terapeutas en la zona de Belgrano, por donde vas a vivir. Ponete en contacto con ellos para continuar con el tratamiento y tu recuperación. En tu caso creo que Silvina sería la más adecuada. Tiene mucha experiencia.
- Una mujer? - noto temblor en su voz - no se... no se si voy a poder hablar con la misma libertad con la que he hablado con usted acá, hay cosas que no me animaría a decirle a una mujer, me entiende?
- Casualmente. En los mas de dos meses que hemos estado hablando, tres veces por semana, sólo has mencionado a los miembros femeninos de tu familia. No has mencionado a ninguna otra mujer, y me parece que sería bueno que empieces a tomar contacto con tu lado femenino también. No podes mantener una vida sana si sólo te animas a tener contacto verdadero con el 50% de la humanidad, Gabriel, hay otro 50% al que directamente has venido ignorando, por diversos motivos. Creo que el mantener sesiones de terapia con una mujer sería un cambio positivo en tu vida, te ayudará a vencer temores y a bajar la guardia frente al sexo femenino. Deberías también conformar un grupo de amigos, varones y mujeres. Los homosexuales en ocasiones tienden a auto segregarse en grupos de su mismo genero y elección sexual, tratá por favor de evitar eso, no te ayudaría a desarrollar plenamente tu elección sexual.
- Bueno, lo voy a intentar, me contactaré con ella en primer lugar. No me imagino como será tener que hablar con una mujer temas de mi sexualidad, va a ser un desafío.
- La vida, en sí misma, es un desafío Gabriel
- Tiene mucha razón. A usted, no lo volveré a ver, no?
- No. Por lo menos no por un tiempo, a no ser que regreses por algún motivo, pero en ese hipotético caso, deberíamos analizar si es conveniente que te trates conmigo o con algún colega.
- Sabe? No pienso volver acá. No es que lo haya pasado mal, pero...
- Te entiendo. - me levanto y camino hacia la puerta, le extiendo la mano para despedirme - Gabriel, te deseo lo mejor en esta nueva etapa de tu vida, aprovechala.
- Gracias, de verdad, gracias. Lo voy a extrañar

Luego de un apretón de manos y un abrazo al cual no pude negarme observo a Gabriel retirarse. Estas situaciones de alguna forma, generan un nudo en mi interior. Uno llega a compenetrarse acá adentro con la problemática de los pacientes y cuando los ve partir, siente que parte de uno mismo se va con ellos. "Adiós Gabriel, suerte" pienso, mientras cierro la puerta y regreso a mis notas.

33 - Más colores, más vida

Susana entró radiante esa tarde en la habitación. Se la veía diferente, juvenil, fresca. Se había arreglado un poco el pelo atándoselo, si bien no llevaba maquillaje, su sonrisa y el modo de caminar demostraban que había habido un gran cambio en su ánimo en estos días. Se sentó frente a mí y sin que hiciera falta que le indicara, empezó a hablar.

- Buenos tardes doctor. Vio que lindo día hizo hoy? Usted debería salir un poco... No se aburre de estar todo el día acá atendiendo? Debería tener un poco más de vida propia. Me imagino como debe tener la cabeza, escuchando todo el día las cosas que les decimos sus pacientes. Si son todos como yo... no me quiero imaginar como debe tener la cabeza. Debería salir y tomar un poco de aire... Y mire su habitación... es muy triste. Acá le hace falta un pequeño toque femenino. Voy a ver de conseguirle un florerito y le voy a traer alguna flor del jardín para darle un toque de alegría... no quiere que le acomode un poco los libros de esa estantería mientras hablamos? Puedo hacer ambas cosas, y no sería una molestia para mi... Le gusta como me até el pelo? Necesitaba un cambio. Cuando salga de acá me pienso internar en un spa... ay, miré que gracioso, salir de estar internada en un psiquiátrico para internarme en un spa. Que risa... Pero sí, necesito darle un mantenimiento integral a este cuerpo. Quien dice, por allí me animo y me hago una lipo o me pongo tetas... soy joven aun y estoy a tiempo. Además, hay uno de los enfermeros que he notado que me mira. Tan mal se ve que no estoy.
- Susana. Se la ve muy contenta hoy. Un spa... quien diría... alguna vez estuvo en uno?
- No doctor, nunca, pero me muero de ganas de ir. He leído en las revistas, a una le hacen la belleza de manos, de pies, masajes con piedras calientes, fangoterapia, todos esos tratamientos rejuvenecedores, usted debería ir a uno, perdón que se lo diga, pero se podría sacar algunas arrugas y lucir mucho mas joven. Así, a las chicas les parecería mucho más atractivo de lo que es hoy. Ay! perdoneme por lo que acabo de decirle, no fue mi intención.
- No tiene porque disculparse, Susana. Y digame, a que se debe tanta alegría?
- Nada en particular. Últimamente me levanto con un estado de animo como este, con muchas ganas de hacer cosas. Si no, acá adentro las horas no terminan de pasar, se hace eterno. Converso con otras personas, sí, pero hay cada uno acá... que le voy a contar a usted, claro... pero algunos casos me dan pena. Esta esa chica que se pasea todo e día con una muñeca hecha con sus propias ropas, y que piensa que es su hija, que falleció a los pocos meses de haber nacido. Está ese señor, pobre, que hace un año no habla, que está siempre sentado mirando por la ventana. Creo que trabajaba acá, una tragedia; toda su familia falleció en un incendio en su casa de la costa, imagínese, su esposa, sus dos hijas, los yernos y dos bebes... así cualquiera queda del tomate; y está el joven ese, que parece que mató a la novia en un ataque de celos. Se imagina que con esos tres no he podido establecer una conversación, no?
- Susana, y además de ir al spa, que otras cosas tiene planeado hacer cuando salga de acá?
- Volver a trabajar. Quiero que todas esas personas que se referían a mí como "la amargada de compras" vean a la nueva Susana. También pienso decorar mi casa de otra forma, quiero que haya más luz, más colores, más vida. Quiero comprarme una mascota. Un gato estaría bien. Vió al gato que hay acá? es muy tierno, se le acerca a uno, se refriega y ronronea. Me he encariñado con el animalito. Quisiera tener uno para que me haga compañía. Otra cosa que quiero hacer es ir a clases de salsa.
- Salsa?
- Sí, quiero aprender a bailar salsa. Es algo que alguna vez quise hacer y no me animé, algo que me quedó pendiente. Así podré ir a fiestas y bailar toda la noche. Sin hacer papelones, claro. En una de esas me animo y también me anoto en el baile del caño. Se imagina a mi haciendo el baile del caño? Jajaja - se ríe
- Verla sería una sorpresa, le aseguro. Cómo piensa manejar el tema de la bebida?
- No. Nunca más. Eso es algo que aprendí de las reuniones de grupo, controlar la adicción. Voy a ser una adicta a la bebida por siempre, eso lo tengo claro. Por eso iré a grupos de alcohólicos anónimos afuera. Me apoyaré en el grupo. No quiero volver a poner mi vida en riesgo o a desperdiciarla.
- Me parece una forma positiva de pensar. Y con respecto a su vida afectiva, ha pensado algo?
- Ay! - suspira - me gustaría rehacer mi vida con alguien, pero por ratos eso me asusta. No se como voy a responder cuando conozca a alguien y este desee tener relaciones sexuales conmigo. No se si lo voy a disfrutar o volverá a ser todo como cuando las tenía con Adolfo; pero sí, me encantaría conocer a alguien, no a cualquiera, me gustaría alguien más joven, con mas fuego interno. Mireme, a usted le parece que yo estoy para alguien de sesenta o mas bien para alguien de cuarenta, o quien sabe, alguno de treinta. No me haga caso, fantasías mías. Sinceramente no se como enfrentaré ese momento, lo que sí se es que tengo ganas de intentarlo al menos.
- Susana, me parece muy positivo todo lo que usted he dicho hoy, aunque aún tenemos cosas que trabajar. Quisiera que trabajemos lo referido al manejo de situaciones donde debe lidiar con presión. Ya sean situaciones laborales o personales. Quiero estar seguro que usted no vaya a tener un colapso, una recaída ante la primera situación conflictiva, me entiende?
- Sí doctor.
- Bueno, en nuestra próxima sesión trabajaremos ese tema, por ahora está bien.

Susana se levantó del asiento, caminó hasta la puerta y antes de salir me dijo

- Recuerde mi ofrecimiento. Si quiere vengo un día, le acomodo un poco esos libros y vemos la forma de darle más vida a estas paredes, vean lo vacías que están. Al menos un cuadro debiera colocar, y cambiar las cortinas, le hacen falta unas cortinas verdes o amarillas a esta habitación.
- Bueno Susana, ya veremos. Gracias
- Chau doc. - me hizo una seña de despedida con la mano y salió de la habitación

32 - Por eso debía tomar toda la sopa

Fernando llega y lo invito a tomar asiento. Me alegro internamente que haya regresado, aunque trato de no poner esto de manifiesto.

- Fernando, en nuestro último encuentro te fuiste abruptamente, enojado. Que te pasó?
- Licenciado, le voy a ser franco. No me siento bien en este tratamiento. No veo que estemos avanzando, me parece una pérdida de tiempo para ambos. hable con el Dr. Gonzalez y le pedí que me cambiaran de terapeuta, pero él opina que debería intentar continuar con usted, que un cambio sería un retroceso y atrasaría mi alta; así que como me quiero ir de acá lo antes posible, vine; pero le aseguro, no me parece que analizando a mi madre o a su pareja vayamos a poder avanzar en resolver lo mío.
- Fernando, yo tampoco creo que sea bueno para tu evolución un cambio de terapeuta a esta altura; de hecho me lo plantearon y opine igual que el Dr. Gonzalez, pero al contrario de lo que pensás, creo que hemos avanzado bastante en nuestro trabajo en conjunto. Decime, qué te ha molestado en particular? así vemos la forma de evitar que te vuelva a afectar - le digo, tratando de encontrar una alternativa de abordaje
- Eso... que perdamos tiempo hablando de mi vieja y de Ricardo, si llevan una vida sexual o no, no me interesa ese tema.
- Entiendo. Y te interesa la felicidad de tu madre?
- Por supuesto.
- Aun cuando esta felicidad la obtenga al estar al lado de alguien como Ricardo?
- Podemos cambiar de tema? - dice mientras noto que se ha puesto tenso otra vez
- Esta bien - me doy por vencido por ahora - decime, con respecto a tu propia sexualidad, te sentís satisfecho?
- Creo que nadie podría decir que se siente satisfecho con la cantidad de sexo que tiene. No en mi caso al menos. Si lo hiciera 5 o 6 veces al día, sí diría que estoy satisfecho.
- No me refería sólo a la frecuencia. Me refería a la sexualidad como algo mas global.
- Entiendo. - hace una pausa y piensa - Sí, me hubiera gustado venir mejor equipado.
- Un pene más grande?
- Por supuesto. Como el de mi primo Julián.
- Tu primo? Se comparaban los penes vos y tu primo?
- No. Ni en pedo. Que cree, que somos putos? Julián es el hijo de mi tía Olga, la hermana de mamá. Somos casi de la misma edad. Cuando eramos chicos, mi vieja y mi tía siempre hablaban entre ellas y nos comparaban en altura, talle de ropa, calificaciones en la escuela y en el tamaño del pito también. Mi vieja me decía que yo tenía el pene mucho mas chico que el de Julián y que por eso debía tomar toda la sopa, que si no la tomaba se me iba a quedar el pitito chiquitito.
- Y vos le creías eso?
- Cuando era chico sí lo creía. Son esas cosas que usan las madres para que los nenes coman todo. Jajaja. Cosas que dicen las madres... que el pito se te iba a quedar chico o que se te iba a caer. Cuando creces te das cuenta que no es mas que una versión modificada del "coco" o del "hombre de la bolsa".
- Pero en tu caso, se cumplió. Vos dijiste que tenés un pene más chico que el de tu primo. Como te sentís con eso?
- Para lo que le puede servir a Julián tener una tremenda tararira entre las piernas... Si es un pelotudo. Un pollerudo de su mujer. Mucha pija al pedo. Prefiero tenerla chiquita y cumplidora. Aunque un par de centímetros adicionales no me vendrían nada mal. No se si me entiende?
- Fernando,en la última sesión me comentaste que parte de tus planes eran que al casarte te irías a vivir con tu esposa a la casa de tu madre. A este respecto, vos lo hablaste con ella?
- Sí. A veces la vieja se ponía pesada y me preguntaba por que no me ponía de novio, esas cosas. Yo la tranquilizaba diciéndole que el día que encontrara una mujer que valiera la pena completamente, ese día se la iba a presentar a ella y me iba a poner de novio, y luego, cuando yo me casara, viviríamos los tres juntos.
- Ella estaba de acuerdo?
- No mucho, me decía que no quería ser un estorbo, y esas cosas.
- Fernando, y esa mujer que "valiera la pena", cómo debería ser?
- Una mujer simple, de su casa. No quiero una profesional, sino alguien que se preocupe más por cuidar de los hijos, tener la casa ordenada, la cena para su marido y los chicos.

Me sentí tentado de decirle a Fernando que acababa de esbozar a su propia madre en esa descripción, pero no quiero exponerme a generar un nuevo enojo en él, al menos por hoy. Sutilmente le hago otra pregunta.

- Conoces a alguien así?
- De mi edad, no. - Me dice después de reflexionar - Mi tía Olga por ejemplo, es así.
- Tu tía Olga... Bueno Fernando, dejemos por hoy acá. Me alegra que hayas pensado en retomar. Cualquier inconveniente que pueda surgir, sentite libre de hablarlo conmigo para ver de encontrarle una solución. Nos vemos el viernes? - le digo y me despido de él caminando hacia la puerta

31 - Le hice poner lolas a ella también

Observo a Claudio mientras me comenta como se ha venido sintiendo en los últimos días. Luego del primer psicodrama donde tuvo la oportunidad por primera vez en su vida de confrontar y decirle a su padre cosas que llevaba guardadas muy en su interior, Claudio pareció liberarse de una pesada carga que lo agobiaba. Por pedido suyo tuvimos dos sesiones similares adicionales, una más con su padre y otra con su madre, la cual no fue tan satisfactoria como las otras. La figura de la madre es demasiado tenue en la memoria de Claudio, su gravitación es ínfima, opacada completamente por la figura de aquel padre exigente y severo.

Cuando Claudio termina su relato, decido darle un giro a la charla.

- Claudio, hablame de Sofía.
- Sofía? - me pregunta, y noto en su voz una sensación de temor
- Sí, hablame de ella, por favor

Espero unos segundos a que recomponga sus ideas y pueda expresarse. Pasados unos segundos y en vista que no emite ninguna palabra, intento encarrilarlo.

- Pensás en ella?
- Sí - responde tímidamente - no se, me siento en este momento como si hubiese sido un avión volando a 10.000 kilómetros de altura y me acabara de pegar un misil, realmente no me esperaba que hablemos de ella... Sí, pienso en ella seguido, aunque trato de apartar esos pensamientos cuando vienen, son demasiado... dolorosos? Quisiera poder borrarla de mis recuerdos. No me malentienda... No es que quiera olvidarla... Quisiera no recordarla.
- Porqué?
- Por que me invade un sentimiento de culpa que me angustia
- Nunca lo comentaste
- No. Es cierto.
- Hablame de ella. En algún momento dijiste que la conociste en la calle, que vivía a la vuelta de la casa de tus padres. Como era? Que te atrajo? Cuanto tiempo estuvieron de novios?
- Sí, así fue. Tomamos un café, luego la llamé por teléfono, la invité a salir. Fue todo muy onda película de hollywood. Chico joven y exitoso conoce a chica linda de clase media. Ella acababa de terminar un noviazgo de varios años con un flaco que no le aportaba nada, que andaba en la joda y se sentía vacía, yo hacía algunos meses que había terminado la relación con Vanesa y había estado picoteando un poco en boliches o pubs, pero nadie lograba cautivarme, hasta que la conocí. Yo la saqué del barrio y le mostré el mundo. para nuestra luna de miel la llevé a Roma y París.
- Fue amor a primera vista?
- No exactamente. - hace una pausa buscando internamente las palabras más adecuadas - Al principio ella no estaba muy enganchada, digamos. Tenía miedo de que para mí, ella no fuera mas que un levante ocasional.
- Porqué pensás eso?
- Por que me lo dijo. A la tercera salida, cuando yo ya atacaba con toda la artillería, ella me lo dijo.
- Y qué hiciste?
- Me propuse el desafío de conquistarla.
- Como si fuera un logro mas en tu vida?
- No se si un logro... un desafío a vencer. Y lo vencí. Ella se enamoró de mí.
- Y vos de ella?
- Creo que sí. Durante el noviazgo, sí. Sentía que de alguna forma ella completaba partes de mí.
- Partes nada más?
- Habían cosas que ella no completaba. A ver... profesionalmente ella no me aportaba mucho, me sostenía, pero el gran esfuerzo lo hacía yo.
- Sexualmente?
- Durante el noviazgo y el primer año de casados, sí, el sexo era genial. Luego de eso, empezó a ser más bien monótono.
- Vanesa, cuando reingresó en tu vida?
- Si bien ya me la había cruzado alguna que otra vez durante mi noviazgo con Sofía, nunca habíamos vuelto a hablar mas allá de un saludo o alguna frase ocasional, pero para esa misma época, me la encontré en una reunión de despedida de un amigo en común que se iba a vivir a Europa. Nos quedamos hablando sobre lo que habíamos hecho cada uno en esos cuatro años. Terminamos esa noche en un telo.
- A esa reunión no fue Sofía también?
- No. Supuse que se iba a aburrir. Como no conocía a nadie de ese grupo de amigos, no le pedí que viniera conmigo.
- Pero vos, sabías que Vanesa iba a ir, o al menos lo suponías...
- No estaba seguro, sí, sospechaba que me la podía encontrar. Y así fue.
- Y terminaste llevándola a un telo esa noche. Desde allí fueron amantes?
- Digamos que sí. Al principio yo no quería serle infiel a Sofía y hasta buscaba formas de que el sexo entre nosotros fuera menos monótono, más placentero.
- Cómo?
- Le pagué una cirugía plástica. Se hizo las lolas.
- Y eso sirvió para mejorar su vida sexual?
- Durante un tiempo. Yo estaba maravillado con sus tetas nuevas.
- Que pasó?
- Vanesa se puso un poco celosa. Yo te dije que ella era algo exigente. Y bueno, le hice poner lolas a ella también.
- Es decir que tenias lolas dentro y fuera de casa.
- Ja. Sí se podría decir que sí. Eso puso la balanza sexual mejor del lado de Vanesa. Ella era... mas zafada en la cama, Sofía era más tranquila. De alguna forma conseguí lo mejor de ambos mundos. Una esposa dedicada en casa y una mina entregada fuera. Así mantuve las cosas hasta que Sofía quedó embarazada y le pedí a Vanesa que nos dejáramos de ver, que ella siguiera adelante con su vida. Allí me di cuenta que ella se había vuelto a enamorar de mí.
- Claudio, te has dado cuenta que en todo este relato hablaste sobre ambas mujeres como si fueran objetos? metas a alcanzar. Desafíos. Objetos de placer. No hablaste casi de los afectos involucrados. Estas como desconectado con esa parte.
- No. No me había percatado.
- Pensá sobre ello y lo hablaremos en nuestro próximo encuentro.

domingo, 8 de noviembre de 2009

30 - Tendria que ser como vos

Gabriel llegó puntualmente ese día. Se lo veía de buen humor.

- Te traje algo - me dijo y me sorprendió
- Así?
- Sí, lo hice yo mismo, en el taller de manualidades - y me entregó una cajita

La abrí y en el interior hecho con pedazos de corcho, alambres y resortes había una figura de un hombrecito, de unos doce centímetros de altura. Me dio gracia el muñequito y lo dejé sobre mi escritorio.

- Ese soy yo - me dijo Gabriel - Espero que te sirva para que te acuerdes de mí cuando no tenemos estas reuniones
- Así que sos vos... interesante
- Si querés para el viernes hago uno que se parezca a vos, y así tenés la parejita - me dice

"La parejita", pienso, y se dispara una alerta.

- No, no hace falta. Hacele uno a tu hermano Mario. Como forma de agradecerle por todo.
- Sí, podría ser. Sabés si pronto me darán el alta? Tengo ganas de regresar al mundo exterior, tengo muchos proyectos.
- Entiendo que tu evolución psiquiátrica es positiva, así como la psicológica. Es probable que en el corto plazo puedan darte el alta, con un seguimiento ambulatorio, claro esta.
- Terapia psicológica, querés decir
- Sí, y psiquiátrica también lo mas probable, pero serian sesiones de terapia una vez por semana, no cada dos días, como tenemos acá, y una consulta psiquiátrica cada 15 días seguramente.
- Seguré viéndote a vos?
- No. Yo en este momento solo hago psicología clínica. No atiendo en consultorio.

Noto tristeza en su rostro. La sonrisa del principio se desvaneció.

- Que lástima. Me hubiese gustado seguir con vos. Así que solo trabajas acá? Decime y podré al menos verte para tomar un café y charlar de tanto en tanto? Claro, siempre y cuando tu novia no se ponga celosa. Jajaja - se ríe nerviosamente - A propósito, no sos casado, no?

Intentaré cambiar el tema de la conversión. Noto que Gabriel está mostrando un marcado interés en mi persona y en mi vida privada.

- No. No estoy casado. Y no creo que vaya a ser conveniente que nos encontremos a tomar un café, como vos decís. Al menos no durante un primer periodo de tu tratamiento ambulatorio. Mi presencia podría entorpecer el desarrollo de tu terapia, independientemente de quien te vaya a tratar afuera. Además, yo vivo acá en Pilar, no vivo en Capital. Decime Gabriel, - cambio el tono y el sentido del diálogo- mencionaste que tenes proyectos. Cuales?
- Bueno. Mis planes son, para empezar renunciar a mi trabajo y entrar en algún estudio a ejercer derecho civil. Me interesa eso en lo profesional. También tengo muchas ganas de meterme en un gimnasio y entrenar, siento que tengo abandonado mi estado físico - se levanta, flexiona los biceps y da un giro de 360 grados mostrandome el cuerpo- viste... asi no le muevo un pelo a nadie... tengo que endurecer los gluteos, - se toca las nalgas y se vuelve a sentar - también tengo ganas de tener sexo. Muchas ganas... - me mira y me hace un guiño cómplice - Y finalmente, quisiera tener una pareja estable.
- Eso está muy bien. Cómo te ves proyectado de acá a cinco años? Imaginate a ese Gabriel a los 30 años de edad. Cómo es?
- A ver... Trabaja en un estudio, le va bien. Tiene un montón de casos. Vive en un departamento en Barrio Norte, con su pareja. Tienen un perro salchicha. Me reuno de tanto en tanto con mis hermanos. Resuelvo mis diferencias con Facundo. Me acepta como soy. No se, me imagino así, todo medio color de rosa, todo lindo.
- Bien. Esperemos que así sea. Con respecto a tener una pareja... es todo un cambio. Hasta ahora tus relaciones fueron mas bien pasajeras, sexo al paso. Nunca guardaste una dirección ni un teléfono. Siempre lo hiciste a escondidas, tratando de que nadie supiera lo que hacías. Te sentís preparado para llevar esa nueva forma de vida?
- Creo que sí. Estuve pensándolo y sí, me gustaría estar con alguien en forma estable.
- Y ese alguien. Como lo imaginás? Como debiera ser?
- Físicamente? Tendría que ser parecido a Luis. Mi amigo del cole. Con el que estuve en Pinamar. Sí. Creo que siempre estuve un poco enamorado de él. Castaño claro, ojos celestes, delgado.
- Pero él no es homosexual, o si?
- No. Ni a palos. Pero, puedo conocer a alguien que se le parezca. No?
- Sí. Claro.
- Su personalidad tendría que ser... a ver... tendría que ser como vos
- Como yo? - nuevamente se dispara una alerta
- Sí. Alguien mas maduro que yo, que me escuche y me apoye. Que me aconseje sin que necesariamente me indique lo que debo hacer.

Me llama la atención que referencie tantas veces hacia mi persona lo relacionado al sexo y a su proyección de pareja. Evidentemente Gabriel está atravesando por una etapa de transferencia en la cual proyecta en mí sus anhelos y emociones. Es conveniente que marque una distancia.

- Gabriel, estoy seguro que en Capital llegaras a conocer a alguien que te satisfaga sexual y emocionalmente. Solo debes tener en claro que esa persona no va a aparecer mágicamente en tu vida, tendrás periodos de soledad, relaciones que se truncarán, conocerás personas que te podrán dar satisfacción sexual, pero no emocional o viceversa. Pasaras por momentos de tristeza y de soledad. Estas consiente de eso?
- Sí. Lo estoy. Y quiero intentarlo.
- Bueno Gabriel, dejemos hoy aqui. No te olvides, hacele un regalo a tu hermano Mario - le digo mientras tomo el muñequito y se lo muestro
- Sí, y uno para Facundo también voy a hacer - se despide y sale de la habitación.

Transferencia... me repito una y otra vez. En mi corta carrera es la primera vez que me ocurre un evento de este tipo. Debo marcar distancias y límites para evitar que esto genere nuevas confusiones en Gabriel.

Ahora bien... Por que habrá dicho que yo le parecía alguien más maduro que él. Soy apenas un año mayor que Gabriel. Como me ve realmente Gabriel a mi? Que extraño...

29 - Resistencia y somatización

Después de la última sesión que Fernando terminó abruptamente, no he vuelto a verlo. Me informaron que habló con el jefe de la guardia médica y que solicitó se le cambie el terapeuta asignado. Adujo que no se sentía cómodo trabajando conmigo.

Luego de consultarme sobre su evolución, llegamos a la conclusión de que su pedido obedece a un proceso de resistencia a la terapia, por lo que le informaron de la negativa a efectuar un cambio. Para el momento de nuestra siguiente sesión, Fernando no se presentó debido a un fuerte malestar gástrico que le produjo fiebre también. Este malestar le duró cuatro días, por lo que tampoco pudo venir a la sesión del viernes pasado.

Hoy lunes, nuevamente debíamos habernos reunido, pero me acaban de comunicar que Fernando se encuentra sufriendo de una migraña por lo que nuevamente deberemos posponer la sesión hasta el miércoles.

Supongo que estos repentinos malestares obedecen a un proceso de somatización producto de la resistencia al tratamiento. El sacar y ventilar ciertos temas en ocasiones genera esta respuesta de parte del paciente. Es una lástima. Mientras más frescos están en la memoria los temas trabajados, es más fácil abordarlos. Ahora bien, si Fernando continúa resistiéndose al tratamiento, me veré obligado a derivar su caso con otro terapeuta. El miércoles tomaré la decisión.

28 - Confrontación

Antes de que llegue Claudio, predispongo la habitación para lo que vamos a hacer a continuación. Ubico ambas sillas bien enfrentadas en el centro de la habitación. Convenientemente dejo un almohadón en el piso cerca de mi silla. Es muy posible que debamos utilizarlo. Reviso detenidamente todas mis notas relacionadas al caso, para tratar de guardar los detalles en la memoria y no fallar en alguno; los golpes en la puerta me anuncian que Claudio ha arribado.

Le pido que se siente frente a mi, le informo que tendremos un diálogo y que cierre los ojos. Que por ningún motivo los abra hasta que le indique, ni que se levante de la silla. Iniciamos el psicodrama.

- Claudio, soy tu padre - le digo

No me contesta.

- Claudio, contestame. Soy tu padre. Me llamaron y me pidieron que venga. Dijeron que necesitabas decirme algo. Te escucho - intento nuevamente

Claudio sigue callado con los ojos cerrados. Noto tensión en sus brazos y piernas. Vuelvo a intentarlo,esta vez más agresivamente.

- Muchacho. Me hacen venir hasta acá, por que dicen que necesitas decirme algo. Sabes que no dispongo de mucho tiempo libre, y cuando vengo, no tenés nada que decir. Explicame esto.
- Yo no lo llamé señor - me contesta
- No tenés nada para decirme?
- No señor

Claudio se niega a entrar en el diálogo. Busco una alternativa.

- Bueno, yo ya estoy acá. Si no tenés nada para decirme, voy a aprovechar yo para decirte un par de cosas. Te das cuenta de todo el esfuerzo que puse en tu educación y vos lo retribuís de esta forma? Te tienen que encerrar por que dicen que intentaste suicidarte. El suicidio es de cobardes. Yo no crié un hijo para que sea un cobarde. Yo lo crié para que sea el mejor. Me estas defraudando.
- Perdoneme señor, no quise hacerlo
- Encima, me dicen que sos un adicto, que consumís cocaína. Que es esto? Después que? Vas a consumir paco también? Yo se quien tuvo la culpa de esto. Sí, lo se. Tu mujer, Sofía. Ella con sus exigencias, siempre con ganas de viajar, al caribe, a europa, siempre comprándose vestidos y zapatos nuevos... claro, ella te exigía demasiado, es lógico que hayas terminado por consumir drogas.
- Ella no me exigía nada papá
- A mi tratame bien. Nada de "papá". Tratame como corresponde. Tratame de usted o de señor como te hemos enseñado. O acaso te hiciste puto también? Lo único que falta es que te pongas a llorar, como hiciste en el funeral de Sofía. Que avergonzado me sentí de verte llorando ese día.
- Papá, a Sofía dejala en paz. Ella nunca me exigió nada. Acá el que por treinta y cinco años vivió exigiéndome cosas fuiste vos. Vos, con tus estúpidas exigencias.
- No te permito
- Vos - interrumpe, vamos muy bien - exigiéndome a mí y a mis hermanos todo el tiempo, lo único que lograste es que te tengamos temor y te guardemos rencor. Sabelo. Para vos nada fue suficiente, nunca. Siempre quisiste más de nosotros, nunca te conformaste, y si no estábamos a la altura de lo que querías, nos ridiculizabas, nos imponías castigos. No papá, no le eches la culpa a nadie, asumí que no fuiste un buen padre.
- Yo no tengo nada de que hacerme cargo. Les dí la mejor educación. Traté de formarles carácter, de que no sean pusilánimes. Me doy cuenta que fallé. Ninguno, y menos vos, en quien deposité mis mayores expectativas, estuvo a la altura de lo que esperaba. Los tres fallaron. Tu hermana, una putita que lo único que sabe hacer es abrir las piernas y tuvo un hijo de soltera. Tu hermano, que abandonó los estudios y hoy trabaja de empleado en un banco. Y vos, estas irreconocible. Un adicto. Un cobarde. Un llorón, como tu hermano. Me das asco.
- Vos. Vos tenés la culpa de mi adicción. Vos y nadie más que vos me llevó a querer superar todas mis limitaciones. Vos me pedías más y más. Querés que te diga eso, querés que te diga lo que creo? Sí. Creo que fuiste vos el gran culpable de todo lo que nos pasa a los tres.
- A mi no me vengas a querer endilgar tus miserias, muchacho. La ropa sucia se lava en casa. Si te cagaste en los calzones, si el mundo era demasiado duro para vos, no vengas a tirarme tu ropa interior cagada en la puerta de mi casa a pedir que te la laven. No. Conmigo, esa no va.
- Por treinta y cinco años me banqué estas actitudes tuyas papá, pero se acabó. Nunca más, quiero que te quede claro.
Noto que Claudio ya no se puede controlar, tiene los puños apretados. Coloco el almohadón entre nosotros y disparo la estocada final

- Ja. Por treinta y cinco años yo estuve esperando que me enfrentaras, estuve esperando una reacción de este tipo. Pero no, tenias la sangre aguada. Nunca tuviste los huevos necesarios para enfrentarme. Ni vos, ni tus hermanos. Y me echan la culpa a mí. Tu madre, ella era la culpable. Ella no supo nunca seguirme los pasos. Mirá lo que logró: tres fracasados.

Claudio incapaz de contenerse se abalanza sobre el almohadón, y sobre mi con golpes de puño.

- Te odio! Te odio! Hijo de puta! - grita mientras sigue golpeando el almohadón. Finalmente desiste de seguir pegando y estalla en llanto. Habíamos logrado hacer catarsis.

- Claudio, abrí los ojos por favor - le digo, mientras le acerco la caja con los kleenex. Espero a que se calme, se limpie las lágrimas y continúo - lo que pasó acá, es sólo una caracterización. No se pretende de que vayas, discutas y le pegues a tu padre, sino que dentro de este espacio, te permitas externalizar, decir, las cosas que profundamente sentís y que en otros ámbitos no lo podrías hacer. Lo entendés?
- Sí. Lo entiendo. En el fondo, entonces, odio a mi padre?
- No creo que verdaderamente odies a tu padre. No. Creo que sí tenés sentimientos de mucha bronca guardados y que tal vez sí odies los métodos que uso tu padre en tu crianza y la de tus hermanos. Pero no veo que ese sentimiento se traslade hacia un odio filial. - hago una pausa y prosigo - Como te sentís?
- Raro. Como si flotara.
- Bueno, andá ahora y descansá. Seguramente tendremos otras sesiones de este tipo. No se si con la misma intensidad. En tu interior aún hay muchas cosas reprimidas que serán convenientes sacar a la luz, cosas que tenés para decirle a tu padre y a tu madre seguramente.
- Bueno. Gracias por ayudarme.

Observo como Claudio se va por la puerta. Costó, pero logré hacer que se anime a decirle a "su padre" algunas de las cosas que lo vienen atormentando. Creo que fue una sesión positiva.

27 - Mejor hija, así no te viene a joder a vos

- Doctor, cómo pudo pasar que haya olvidado eso? Está bien, fue hace más de 36 años, pero no es que me olvidé de algo cotidiano, olvidé que tuve un aborto.
- Susana, en ocasiones bloqueamos eventos traumáticos de nuestro pasado, para tratar de seguir adelante con nuestras vidas. En su caso, este evento, es obvio que le generó una cuota de stress que en su momento no pudo manejar y lo bloqueó, lo guardo en un archivo, digamos, lejos del alcance, el recuerdo en sí dejo de estar presente y usted pudo seguir con su vida, me entiende?
- Mas o menos, doctor. Lo que sí, he estado recordando cosas desde el otro día. Mamá por ejemplo, se pasaba los días diciéndome lo mala hija que había sido, por no haber hecho caso de sus consejos, y que esperaba que no se enterara mi papá, por que se moría "ahí sí, a tu papá le da un infarto" repetía una y otra vez; y papá tuvo un infarto a los pocos meses y se murió. Recuerdo haber llorado en mi habitación muchas noches, con la sospecha que él, de alguna forma, se había enterado de lo que me pasó y que por eso había muerto.
- Ve. Este otro evento, el suponer que sus acciones pudieron derivar en el infarto de su padre, muy bien pudieron desencadenar el bloqueo al evento de sus relaciones sexuales con Rubén y su posterior aborto.
- Recuerda mi sueño, doctor?
- Sí, Susana.
- La muñeca, me decía que yo era mala. Lo mismo que me decía mamá.
- Efectivamente
- Y la liebre que era muy bonita, con un lindo pelaje, que se escapaba y yo perseguía, de alguna forma siento que esa liebre era Rubén, o mas bien, el sexo de Rubén, que yo acariciaba y sentía cálido, vivo y que de repente se fue de mi lado, lo echaron y Rubén se fue, nunca más lo vi.
- Los sueños - le expliqué - nos presentan mensajes enmascarados del inconsciente. En algunos casos como este se pueden llegar a entender en poco tiempo; en otros en cambio, pueden pasar años antes de poder entender su mensaje.
- Ese aborto que tuve... - hace un silencio - estoy pensando que tal vez haya sido la causa de que yo no haya podido tener hijos. Puede ser que se me haya lastimado el útero o las trompas? Usted cree eso doctor?
- No lo se, Susana. Sí, es posible que un aborto realizado en condiciones precarias como las que usted describió, pueda haberle generado algún tipo de complicación posterior para quedar embarazada, pero solo es una posibilidad.
- Y yo, culpándolo al Adolfo todos estos años por no haberme podido embarazar. Yo le echaba la culpa. Él se hizo una cantidad de análisis y me decía que su semilla era buena, a lo que yo le contestaba que entonces seguramente no sabía hacerlo bien. Siempre le eché la culpa a él por no haber tenido hijos.
- A usted, le hubiese gustado tener hijos?

Susana hizo un silencio largo. Cuando retomó el diálogo buscó otro tema.

- Sabe - dijo - ahora que lo pienso, yo el sexo con Adolfo nunca lo disfruté. Nunca me sentí como me había sentido con Rubén. No hablo de lo físico, donde sí, Rubén venía mejor equipado que Adolfo, mucho mejor equipado... hablo de como lo hacía. Rubén era fogoso, era tosco, brutal haciendome el amor. Adolfo en cambio, era monótono, lo hacíamos solo de una forma, no me hacía sentir completamente una mujer, y por otra parte, felizmente, terminaba enseguida.
- Felizmente?
- Sí. Con los años, tener sexo con Adolfo me disgustaba. Por eso, cuando lo hacíamos, mientras más rápido él terminara, mejor. De alguna forma creo que me alegré cuando empecé a sospechar que Adolfo tenía una querida, una amante. Me dije a mí misma: "mejor hija, así no te viene a joder a vos". Tiempo después lo confirmé, me dejó y se fue a vivir con esa chica.

Hace un nuevo silencio, el cual respeto y espero a que continúe.

- De alguna forma yo lo aparte de mi lado a Adolfo, me doy cuenta ahora. Nunca le dije lo que sentía cuando hacíamos el amor. Nunca le pedí algo diferente. Siempre lo dejé actuar por su cuenta. Pobre.
- A que se refiere? Porqué le llama "pobre", Susana?
- Por que me doy cuenta que era un buen hombre, que me quiso y al cual yo forcé a irse, al cual no supe hacer feliz y lo que es peor, ni siquiera intenté hacerlo feliz.
- Susana, esto que acaba de decir es muy importante para su recuperación. Usted se da cuenta que ha empezado a hacerse cargo de sus propios errores y fallas? hasta ahora, usted siempre puso la culpa en el otro, en Afolfo, en la chica que se lo robó a usted, en su jefe que la maltrataba, en la gente que le pedía las cosas mal, en la compañía de luz que le cortaba el suministro... Usted no se hacía cargo de nada. Hoy acaba de asumir una cierta responsabilidad en las cosas que pasaron en su relación con Adolfo, se dio cuenta?
- Sí.

Nuevo silencio. Espero prudentemente y decido retomar la pregunta que aún no me contestó.

- Porqué no le hubiese gustado tener hijos, Susana?
- Yo no dije eso, doctor.
- Pero no me contestó, cambió de tema.
- Es que no se que contestarle. Realmente no lo se.
- Piénselo y hablaremos al respecto en nuestro siguiente encuentro.

Hoy Susana mostró muchos cambios. No llamó a la pareja de Adolfo "la pendeja" por ejemplo, sino que la llamó "esa chica". Asumió las culpas de sus acciones. Aceptó haber disfrutado del sexo en algunos casos y no en otros. Hasta hoy, para Susana, el sexo era un sinónimo de algo malo, algo pecaminoso. Hoy conmigo, estuvo una Susana muy diferente a la que vi el primer día. Es un gran avance.

sábado, 7 de noviembre de 2009

26 - Siempre sentí que sobraba

- Existe la posibilidad de que yo pueda ser heterosexual? Usted lo cree posible?
- Gabriel, realmente lo que yo crea o no posible no tiene verdadera importancia en este contexto.
- Si pudiera elegir, me gustaría ser heterosexual; casarme, tener hijos. He escuchado que existen terapias de conversión, para casos como el mío. Digame, por qué terminé siendo homosexual? Es genético?
- No tengo la respuesta a esa pregunta. Nadie lo sabe con certeza y entiendo que no se ha descubierto ningún "gen rosa". La opinión más aceptada es que como toda conducta tiene bases en la infancia y en el entorno del individuo. Hay casos investigados de gemelos idénticos, los cuales tienen la misma secuencia genética, donde hay casos que ambos son homosexuales o que solo uno es homosexual, por lo que eso descartaría la presencia de un gen que pueda marcar a un individuo como homosexual; lo que no implica que sí hayan caracteres genéticos no identificados que predispongan a un individuo. El entorno y los eventos de la primera formación de la personalidad hacen el resto. Con o sin genética, lo importante son los eventos que intervienen en la formación de la personalidad de cada individuo. No se si esto contesta tu pregunta?
- Sí. Gracias. En mi caso no se que puede haber influido. Nadie en mi familia es homosexual. Y en casa el tema sexo era bastante tabú.
- Lo importante es que te sientas cómodo con la elección que hagas. Que no sientas que debes hacer algo por convencionalismo, sino por que lo desees. Veamos, porqué no hacemos un ejercicio? Cerrá los ojos por favor. Retrocedamos a tus recuerdos más antiguos. Remontemonos diez, quince, veinte, veinticinco años en el pasado, remontemonos al momento de tu nacimiento. En tu mente, lo podes ver?
- Sí, me imagino como fue
- Decime lo que vas viendo, por favor.
- Es un 26 de diciembre. Nací por cesárea. A mi vieja el embarazo la tomó de sorpresa. Tenia cuarenta y tres años en ese momento, ya había empezado con irregularidades en el periodo menstrual, por la proximidad de la menopausia y de repente, quedó embarazada. Mi hermano Lucas apenas tenía 11 meses. Estaba asustada. "Lo único que quiero es que sea sanita" le decía a todos, es que a su edad y en el 84, había muchos riesgos de tener un hijo con síndrome de down. Esperaba una nena. Se va a llamar Gabriela, dijo cuatro meses antes de que yo naciera y prepararon todo en color rosa. Un moisés, escarpines, batitas; todo en rosa. Cuando el cirujano salió y lo vio a mi padre, le dijo, "Felicitaciones, Manuel, aunque le erró en el pronóstico, fue un hermoso varón, Ana está perfecta, y el bebé también, vaya, pase a verlo a la nursery". Estuvimos con mi mamá cuatro días en el sanatorio hasta que nos dieron el alta. Durante ese periodo vinieron todos mis hermanos, tíos, abuelos y amigos de la familia a conocer al último de los Romero Prada. Mi madre dijo "Con este cierro la fabrica. Siete fueron suficientes. Esperaba una nena, pero vino un varoncito, se llamará Gabriel Leonardo".
- Prosigue por favor
- He visto fotos mías de esa época y realmente parecía una nena, toda la ropa preparada era rosa. Debieron recuperar ropa que había usado Lucas para que pareciese realmente un nene. casi no fui amamantado. Mi madre entró inmediatamente después de que nací yo en la menopausia. Al año me bautizaron. Mis padrinos fueron mis dos hermanos mayores, Germán y Claudia, quienes me llevan dieciocho y dieciséis años. De mis primeros años no tengo más recuerdos. De chico solía pasar largos periodos en casa de mis abuelos paternos. Me quedaba a dormir allá, para mí eran los mejores días esos. En casa de mis abuelos jugaba y aprendía cosas. Mi abuelo era numismático y tenia unas lentes de aumento enormes. Me enseñó a usarlas y a apreciar las diferencias entre una estampilla y otra. Me acuerdo que habré tenido cuatro años y me regaló una lente de aumento de bolsillo. La llevé al jardín de infantes y me la robaron. Un chico más grande me la quitó. Esa tarde cuando le conté a mi papá me reprendió diciendo que las cosas de valor de la familia no eran para llevarlas al jardín y "que me jodiera por pelotudo". Papá siempre fue así conmigo. En casa salvo por Lucas y Facu siempre sentí que sobraba. Nunca hubo un juguete para mi, siempre herede lo de los demás, lo mismo con la ropa. En la mesa, por ejemplo, eramos 9 en una mesa para 8. El que sobraba era el último en llegar, osea yo. En el auto lo mismo. Siempre alguno se quejaba que iban incómodos por culpa mía. Yo era el que no encajaba. Una vuelta estaba mi papá con sus amigos jugando al buracco en el living de casa y pase yo. Mi viejo me dijo "dejá de caminar moviendo el culo como las mujeres, caminá como hombre". En otra oportunidad, había una chica, hija de unos amigos de mis viejos, se llamaba Verónica, era de mi edad y jugábamos a que eramos novios. Un día mi papá en el club delante de todos sus amigos me dijo "dejate de joder con que Verito es tu novia, eso es para gente grande"; me quede muy avergonzado después de eso. Y mi cumpleaños, nunca se celebró el día 26 de diciembre, siempre se aprovechaba navidad y se hacía todo junto. El 25, al almuerzo, con toda la familia reunida, aparecía una torta y me cantaban el feliz cumpleaños. No habían regalos extra, si ya había recibido regalos el 24. Nunca un amigo invitado a mi cumple, siempre en familia y celebrando la navidad. Ya se, no son buenos recuerdos, pero es lo que aparece.
- No importa, vas muy bien. Y tu madre? que raro que casi no la mencionas
- Es que casi nunca estaba. Siempre tenia alguna cena o reunión de alguno de los grupos de caridad a los que pertenecía. Siempre había una colecta que hacer. De Lucas y de mí se ocupaban mayormente Lorena y Facundo. En la escuela para los actos del día de la madre, yo siempre soñaba con que en algún momento iba a aparecer. Nunca fue. Siempre algún compromiso se lo impedía. Igual que mi viejo. Nunca tenían tiempo para esas cosas. Eso sí, los domingos había que ir a misa, para eso no había excusas. Recuerdo que una vez, a mi mamá por su cumpleaños le compré con mis ahorros un bonito encendedor, habré tenido siete años. No se, me habrá costado unos 50 pesos de hoy, recuerdo que junté esa plata durante varias semanas, peso sobre peso. Lo había visto en una vidriera, y como ella fumaba me imagine que le encantaría mi regalo, que me daría un beso enorme, que por una vez sentiría que era su hijo adorado. Se lo dí, me miró sorprendida, me dio un beso y lo dejó sobre la mesa. Una semana después vi que lo tenía Julio, el chofer de papá. Cuando le pregunté de donde lo había sacado, me contestó que mi mamá se lo había regalado. Claro, mi mamá usaba encendedores Dupont de oro. No iba a ir con un encendedor común a sus reuniones de caridad, no ella, Doña Ana Prada de Romero.
- Gabriel, abrí los ojos por favor, y decime que ves delante tuyo - le digo mientras sostengo un espejo
- Un espejo
- Qué ves en ese espejo? Decime su nombre completo.
- Me veo a mi, Gabriel Leonardo Romero Prada
- Gabriel, lo que vos ves es una suma de circunstancias. Es en parte todo lo que has dicho hoy y en sesiones anteriores, pero es también muchas cosas más. Hay mucho potencial y hay facetas tuyas por descubrir y explotar. Focalicemonos en eso. Hoy dejaremos las cosas feas y negativas del pasado a un lado para empezar a descubrir a ese Gabriel que ves en este espejo. Estas de acuerdo?
- Sí.
- Como te sentís?
- Feliz.
- Muy bien. Dejemos hoy acá.