domingo, 29 de noviembre de 2009

38 - Con vista al jardín

La pareja llevaba unos 15 minutos esperando que los recibiera el Dr. Mariotti, director de la clínica, finalmente, la secretaria de este los hizo pasar al consultorio de este, a ambos les llamó la atención la cantidad de títulos y certificados de asistencia a congresos que la habitación lucía enmarcados en las paredes. Luego de los saludos de rigor, Leandro Martinez y su esposa Luz se sentaron frente al Dr. Mariotti.

- Hemos estado estudiando el caso de su padre, Sr. Martinez, y concuerdo con el diagnóstico
- Entonces, es psicosis.
- Sí, entendemos que su padre sufre de esa enfermedad. Pero actualmente, con los avances de la ciencia, es una enfermedad curable, no hay que perder las esperanzas.
- Y qué sería lo más conveniente para que se recupere doctor? - preguntó la mujer
- En principio creemos que lo más adecuado sería internarlo, así podremos tratarlo las 24 horas de día y analizar su evolución durante unos tres meses al menos. Disponemos aquí de un ala especialmente habilitada para pacientes con este tipo de patologías, separados del resto de los internos, me entiende...
- Sí, claro
- Casualmente, en esa ala se acaba de liberar la habitación 118, una de las mas hermosas, tiene una muy linda vista al jardín, quieren venir a verla?
- Es posible ver la habitación? - pregunta el joven
- Sí, por lo general el resto de pacientes de ese sector, está recluído en sus propias habitaciones, vayamos.

Llegaron hasta el sector para pacientes psicóticos en el primer piso, traspasaron las puertas y controles de seguridad e ingresaron a la habitación 118.

- Ven? Tal como les dije - dijo el Dr. Mariotti - una muy linda habitación con una bonita vista a nuestro jardín
-Sí realmente - asintió Leandro Martinez
- Y esto que es? - pregunto la Sra. Luz - mientras sostenía en sus manos un pequeño muñequito hecho con corcho, alambres y resortes que habia encontrado en el piso, al lado de la cama.
- Pertenencia personal del último paciente que ocupó esta habitación. Un colega nuestro, sabe? una tragedia, perdió a toda su familia en un incendio en su casa de verano en Valeria del Mar, fallecieron su esposa, sus dos hijas, sus dos nietos y sus yernos.
- Sí, recuerdo el caso - fue hace el verano del 2007. dijo la mujer mientras le entregaba el muñequito
- Felipe fue además de un excelente profesional fue un amigo muy cercano. Luego del incendio quedó muy mal, entró en un estado catatónico. Le dimos esta habitación, y por casi mas de un año estuvo aquí. Se pasaba el día en esa silla mirando el jardín. Este muñequito fue un regalo de uno de sus pacientes hace muchos años. Siempre lo tuvo sobre su escritorio. Se lo trajimos acá para que adornara un poco la habitación mientras estuvo internado.
- Se recuperó? - pregunto la mujer
- No, señora.
No hubo caso. No pudo soportar su tristeza. Se había abandonado a si mismo.

Salieron y dejaron la habitación 118, en pocas horas, otra persona la ocuparía; el Dr. Mariotti al cerrarla, le dio una última mirada, esperando en vano encontrar a su amigo, Felipe, nuevamente sentado en su sillón mirando desde aquella ventana con vista al jardín.

Fin