sábado, 17 de octubre de 2009

5 - Sin globito por favor

Fernando se encontraba esa noche de viernes en su departamento de dos ambientes, sólo, como sucedía habitualmente. Tenía hambre. Fue hasta la cocina, saco de la heladera un pedazo de queso Mar del plata y fetas de salame; las colocó en un plato con unas galletas de agua y regresó hasta el living donde tenía la computadora. La encendió, se sentó frente al teclado y mientras Windows arrancaba, Fernando dio rápidamente cuenta de varias galletas con pedazos de queso o fetas de salame.

Una vez encendida la computadora, se conectó a internet y entró a buscar entre sus sitios favoritos aquellos que se hubieran actualizado recientemente. Ingresó a uno y a otro. De cada sitio elegía las fotos de mujeres desnudas que mas le gustaban, las expandía y las miraba detenidamente algunas, al pasar otras. Con su mano derecha sobre el mouse y la izquierda que alternativamente que iba del plato a su boca o bajaba hasta su entrepierna, recorrió varios sitios pornográficos.

En un momento Fernando se sintió aburrido de ver fotos, se levantó y se dirigió hacia el baño. Se miró al espejo y vio en él la imagen de un hombre de treinta años, un poco gordo y que había perdido casi completamente el pelo. Se paso una mano por la calvicie y se tocó la barriga. Sabía que no iba a bajar de peso comiendo desaforadamente como lo acababa de hacer. Volteó hacia el inodoro, abrió la tapa del mismo, se inclinó hacia este mientras introducía dos dedos de su mano en la boca y como lo hacia habitualmente se produjo un vómito. Se levantó, volvió al lavabo, busco su cepillo de dientes y se higienizó. Se echó agua en la cara, se miró nuevamente al espejo. Tenía los ojos vidriosos por el esfuerzo realizado para vomitar.

- Ni modo - pensó - habrá que ir a lo de Ginette

Revisó su billetera, sacó un billete de 100 pesos, dejó la misma sobre la mesa del comedor, se acomodó un poco la ropa, se calzó una campera y salió de su casa. Caminó tres cuadras hasta llegar a lo de Ginette, subió las escaleras hasta la planta alta, toco el timbre y esperó a que le abriesen. Una vez adentro, eligió a una de las chicas que trabajaban con Ginette, fueron hasta la habitación que esta le indicó, le dio el billete de 100 pesos y recibió los 40 de cambio y se empezó a desvestir, mientras la chica lo esperaba casi desnuda sobre la cama.

- El bucal lo queres con o sin globito papi? - le preguntó ella
- Sin globito por favor - fue la respuesta

Cuarenta minutos después Fernando regresaba a su departamento. Vio que había dejado la computadora encendida y se sentó frente a ella. Como era habitual, empezó a recorrer nuevamente los sitios pornográficos y a tocarse la entrepierna mientras pasaba una a una fotos de chicas desnudas. En algún momento de esa noche Fernando motivado por tanto tocamiento, abrió la bragueta de su pantalón y ahí mismo mientras consumía imágenes pornográficas se masturbó.

Esa misma noche al acostarse a dormir, Fernando se vio abordado por una profunda tristeza. Se sentía solo. No lograba resolver el problema de su sobrepeso a pesar de haber intentado todas las dietas que le propusieron. El sexo solo lo lograba a través de una transacción económica y su tiempo libre lo pasaba mirando pornografía y masturbándose.
- Algo tengo que hacer - suspiró, mientras cerraba los ojos y se entregaba al sueño

No hay comentarios: