sábado, 24 de octubre de 2009

15 - No me haga caso doctor

Al llegar a la habitación 118 esa mañana, se la veía ligeramente alterada a Susana. No bien se sentó en el otro sillón se destapó la catarata de cosas que tenía para decir en nuestra sesión.

- Algo me quedó dando vueltas de la última vez que hablamos, Doctor, y creo que usted no me interpretó bien o al menos se puede haber quedado con la idea equivocada
- Licenciado, Susana, llámeme licenciado, por favor
- Claro doctor, lo que me parece que usted malinterpretó fue cuando le dije que la última vez que me había sentido feliz había sido hace unos años, en esas vacaciones con Adolfo, en Pinamar, y usted me preguntó si habíamos tenido sexo en esa oportunidad, a lo que yo le contesté que sí. Realmente no quiero que me malinterprete doctor, pero yo nunca asocié esa felicidad a tener sexo, yo no pienso que el sexo sea la llave a la felicidad y no quiero que usted se haga una imagen equivocada de mi. - me dice mientras noto un ligero enojo en sus palabras.
- Susana, yo nunca pensé tal cosa. Sí es verdad que el sexo es un factor importante en el proceso para alcanzar la felicidad, aunque en ocasiones esa energía puede ser sublimada o reemplazada en otros objetos. Lo que sí quise marcar es que en la oportunidad que usted refirió, hubo sexo presente junto a su marido.
- Ve que no me entiende. - voltea mirando hacia la puerta, como meditando el levantarse e irse - Para mí, el sexo es solo eso, sexo. No me gusta que se me vea como una mujer ansiosa por sexo; no lo fui nunca ni lo seré.
- Entiendo.
- Tampoco me parece correcto que se pueda pensar que Adolfo me dejó por que yo no le daba buen sexo - me sorprende diciendo eso, no tocamos el tema de su separación ni de la calidad de sus relaciones sexuales con su marido -A Adolfo le hicieron la cabeza, lo engañaron, le pusieron un par de tetas compradas y una colita parada delante y él es hombre, una contra eso no puede competir.
- Como calificaría usted sus relaciones sexuales con Adolfo?
- Adolfo en los primeros años era muy fogoso, como todo hombre joven. Me buscaba todo el tiempo. Con el tiempo el sexo entre nosotros se volvió mas rutinario, menos frecuente. Yo trataba de complacerlo, cuando él me buscaba, pero creo que Adolfo ya no disfrutaba de nuestras relaciones y tal vez eso lo haya hecho buscarse otra mujer, no lo se.
- Y usted, disfrutaba de sus relaciones sexuales con Adolfo?
- Lo intentaba. En ocasiones lo disfrutaba, pero no siempre. Una mujer debe tratar de complacer a su marido, me entiende? Y eso no siempre es posible. Lo que se es que un buen día Adolfo me dijo que ya no me amaba y que quería separarse. Me partió al medio con la noticia.
- Quiere hablar de su separación de Adolfo, Susana?
- Realmente no. Fue una etapa muy penosa para mí. De la noche a la mañana darme cuenta que todo el esfuerzo de 23 años de casada se iba a la basura por que mi marido prefería a una pendeja teñida... Creo que si hubiésemos tenido hijos tal vez la cosa hubiese sido distinta, Adolfo y yo aún estaríamos juntos, en nuestra casa de Caballito, pero yo no pude darle hijos. - Y acá me sorprende nuevamente pasando del plural de "hubiésemos tenido hijos" al singular de "no pude darle hijos"
- Por que dijo "no pude darle hijos"? Los hijos se hacen entre dos, Susana. En todo caso, no pudieron tenerlos ambos.

Susana se queda callada unos instantes. No se quedó pensando en lo último que le dije, está mas bien buscando como evadir el tema. Algo guarda en el fondo de su corazón y aún no está dispuesta a revelarlo.

- De alguna forma doctor, fue una bendición que no hayamos tenido hijos - dice, contradiciéndose con su última afirmación - hoy tendría una carga mayor encima.
- Considera que los hijos son una carga?
- Para una mujer sola, sí. Es una responsabilidad muy grande. Imagínese, tener que criar un hijo, cambiar pañales, la escuela, las vacunas, sin tener un trabajo, un marido, nadie.
- No le entiendo Susana. Usted estuvo casada 23 años con Adolfo. Al separarse ustedes, sus hijos ya no usarían pañales, estarían mas crecidos, explíquese por favor
- No me haga caso doctor, no me haga caso.

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