sábado, 31 de octubre de 2009

22 - Noticias de la familia

Gabriel inicia las sesiones de esta tarde. Se lo ve de buen humor, contento.

- Hola Gabriel, hoy estas de buen ánimo, por lo visto
- Sí, estoy contento. Ayer vinieron a verme tres de mis hermanos, Lucas, Mario y Lorena, hablamos mucho.
- Que bueno. Contame sobre ellos.
- Nosotros somos siete hermanos, le dije, no? Bueno, la mayor Claudia vive en Chicago con su marido y sus hijos. Germán el segundo trabaja en una petrolera y creo que ahora está en el Mar del Norte, cerca de Escocia. Lorena es la tercera, que esta separada y vive acá en capital. Después viene Mario, casado también. Los restantes somos todos solteros, Facundo, Lucas y yo y vivimos acá. Facundo y Mario son mellizos. De los cuatro hermanos que me quedan viviendo acá, sólo Facundo no vino. Por lo que me dieron a entender, está muy enojado conmigo, lo mismo que mis padres.
- Porque decís eso?
- Entre líneas me lo dijeron. Mi madre llora y se echa la culpa todo el día y mi padre casi no habla con nadie. Facundo llegó a decir en una reunión familiar que yo era una deshonra para la familia. Se armó una discusión con mis otros hermanos y mi padre se fue de la reunión sin opinar.
- No veo por que vayas a ser una deshonra, es una lástima que piense así. Y como te encontraron?
- Dijeron que muy bien. Lorena me abrazó un largo rato y se puso a llorar. Mario me dijo que no me preocupe por nada, que cuando saliera de acá me fuera a vivir a su casa, que él me iba a ayudar a rehacer mi vida, que me aceptaba como fuera por que era su hermano menor. Y Lucas, me dijo mas o menos lo mismo. Me cagó a pedos por no haber hablado antes con él y contarle las cosas que me pasaban. Con Lucas como eramos los menores y solo hay un año de diferencia, siempre nos llevamos bien, además somos dos gotas de agua físicamente. La gente llegaba a pensar que él y yo eramos también mellizos. Es más, me sorprendió y me dijo que él ya lo sospechaba desde hacía tiempo.
- Y como así?
- Me contó en privado que él lo de Juan lo sabía por que Juan se le había insinuado un par de veces y él lo había rechazado. Al tiempo, cuando vio que yo me relacionaba con Juan y me desaparecía alguna que otra tarde empezó a sospechar que entre nosotros dos pasaba algo, que como Juan no se lo había podido levantar a él, me había elegido a mí. Fue a verlo a Juan y le preguntó que tipo de relación tenía él conmigo. Juan le dijo que se quedara tranquilo, que eramos sólo amigos, pero Lucas no le creyó y le pidió que dejara de verme. Allí me cayó la ficha. Por eso fue que Juan abruptamente cortó nuestros encuentros dos meses antes de irse a España.
- Y vos, como tomaste esta confesión de tu hermano, su intromisión en tu vida privada?
- Lo entendí a Lucas. Yo en su lugar hubiese hecho lo mismo, o tal vez hasta lo hubiese golpeado a Juan. Lucas siempre trató de protegerme, lo hacía sentirse importante tener un hermanito menor a quien cuidar. Le conté todo lo que había pasado con Juan y le pedí disculpas por haberme involucrado con su amigo. Él me pidió disculpas por no haber hablado a su tiempo conmigo sobre lo que sospechaba. Nos abrazamos y jugo con mi pelo, como hacía cuando eramos niños.
- El balance de la vista fue positivo entonces?
- Sí. Pienso que sí. Aunque me molestaron algunas cosas.
- Cuales?
- Para empezar la actitud de mis padres. Era de suponer que lo tomaran así, aunque en el fondo pensaba que se les iba a pasar y que vendrían en la primer visita, charlaríamos y que estaría todo mas o menos bien. Pero no, no fue así. Va a ser duro cuando salga y no pueda verlos, ni celebrar más los cumpleaños, o pasar las fiestas juntos.
- Bueno, no nos adelantemos, dales tiempo para que digieran los hechos. El paso del tiempo generalmente cura todas las heridas. El no verte y no tenerte cerca seguramente va a influir para que sientan nostalgia por ver a su hijo menor. Confiemos en que todo esto sea una etapa pasajera nada más.
- Como sea. Eso me molestó, así como la actitud de Facundo. Justo él.
- Porqué decís, "justo él" a que te referís?
- Facundo siempre fue mi modelo de hermano mayor. Cuatro años mayor que yo, él y Mario a pesar de ser mellizos eran totalmente opuestos. Mario siempre fue el estudioso, el que sacaba las mejores calificaciones, el que nunca tenía tiempo para jugar con nosotros. Mario, siempre serio, con sus anteojos, sus libros, su computadora, era de todos mis hermanos con el que menos me llevaba, no lo respetaba y hasta me burlaba de él. Facundo en cambio era el que siempre estaba feliz. No le importaba llevarse tres materias a marzo, él era feliz siempre y cuando pudiera jugar al rugby o salir a fiestas con chicas. Fue el Don Juan de la casa, las chicas hacían cola para que Facu les diera bola. Él siempre tenia tiempo para Lucas y para mí. Nos llevaba a jugar al fútbol, a la cancha a ver a Los Pumas. Llevó a Lucas a debutar y ofreció llevarme a mí en su momento. Siempre tenía una broma o un chiste en la punta de la lengua, siempre disculpándonos frente a mi papá. Yo siempre quise ser como él y siempre me sentí incapaz de igualarlo. Mire como son las cosas, hoy Facundo ni siquiera quiere verme y el que me tiende una mano es Mario, aquel al que nunca respeté.

Mantengo silencio mientras espero que Gabriel recopile todos los recuerdos de su infancia y adolescencia y los contraste con la realidad del día de hoy. Pasados un par de minutos, rompo el silencio para hacer una pregunta relacionada con algo que me quedó dando vueltas del relato de Gabriel.

- Dijiste que tu madre llora y se lamenta todo el día, echándose la culpa por lo que pasó. Porqué pensás que ella actúa así?
- Creo que puede deberse al hecho de que de niño, siempre la escuché decir que ella quería cerrar la fabrica con una nena. Ella en mi caso esperaba una niña. Si hasta el nombre lo tenía elegido, me iba a llamar Gabriela y tenia el ajuar mayormente rosa. Pero nací varón. Tal vez ella ahora se lamenta que de tanto desear una nena, le haya salido un varón medio nena, osea yo.
- Entiendo. Como terminaste la reunión con tus hermanos?
- Los abrace a cada uno muy fuerte y les pedí que volvieran, que no me dejaran sólo. A Lorena le pedí que le de un mensaje a mis padres.
- Que mensaje?
- Que yo también los amaba
- Me parece un muy bello mensaje, muy bien Gabriel, dejemoslo hoy en este punto, nos vemos en la siguiente sesión.