lunes, 19 de octubre de 2009

14 - Hice algo novedoso

Nueva ronda de sesiones. Mientras me preparo, tomo la carpeta y reviso el orden asignado a los pacientes para hoy. Empezaré nuevamente con Gabriel. Voy hasta mis anotaciones sobre su caso y las releo mientras camino por la habitación. Siento que tocan a la puerta, es Gabriel.


Repasamos un poco el tema sobre el que conversamos en la sesión anterior, su sexualidad y el poder que había descubierto tener al tocar el pene de otro muchacho.

- Estuve pensando - dijo Gabriel - en que yo he venido asociando toda mi vida el sentirme diferente al resto, con ser débil. El tener algo que debía ocultar al resto me creaba un flanco débil que debía proteger y evitar que el resto lo descubriera.
- Pero vos me has dicho que no eras un chico débil
- No lo era, pero me sentía débil, tenía una debilidad, una vulnerabilidad. En la escuela es común que alguno te trate de puto, o no?
- Sí, los adolescentes suelen ser crueles al hacer sus bromas
- Bueno, en mi caso, cuando alguno me hacía bromas de ese tipo, yo interpretaba que de alguna forma me había puesto al descubierto. No lo tomaba como una joda común, para mí ese tipo de jodas eran un puñal que me clavaban en las entrañas. Salvo cuando me las hacía Juan.
- Juan?
- Sí, un amigo de mi hermano Lucas, un año mayor. Siempre que iba a casa me hacía ese tipo de bromas. Me decía que estaba muy lindo, que yo sería un lindo putito y cosas así. Creo que era su forma de probarme.

- Probarte?
- Evidentemente él se había dado cuenta. No se, habrá notado que lo miraba demasiado o habrá tenído un radar, un sexto sentido; el hecho es que me sacó la ficha. Estábamos en medio de la crisis del 2002, pleno corralito. Su viejo se había quedado sin trabajo, habían vendido la casa y se estaban por ir a vivir a España. Con la excusa de regalarme unas remeras y chombas que no se iba a llevar a España, me invitó a que fuera a su casa un día a elegirlas. Fui y allí me di cuenta que estábamos solos los dos. Mientras yo me probaba las remeras Juan me hacia bromas de ese tipo, subidas de tono. En un momento, con la excusa de ayudarme a sacar una chomba que me habia probado, lo tuve detrás mío. Apoyó su pelvis contra mi cuerpo y yo me dejé llevar.

Hace un silencio. Le respeto ese momento y espero a que retome el relato.

- Tomó mi mano e hizo que lo tocase por encima del pantalón. Me dijo que estaba muy caliente y que necesitaba masturbarse, por lo que se desvistió. Yo observaba su desnudez y su erección, estaba como hipnotizado. Me sugirió que yo lo masturbara y no esperé una segunda invitación. Bueno, una cosa lleva a otra y a muchas más y esa tarde tuve sexo por primera vez. Después, Juan generó un par de encuentros más y se fue a Madrid. Quedé devastado.
- Es de suponer - hago una pausa para que reflexione - Como te sentías luego de esos encuentros sexuales?

- Raro. Por un lado sentía culpa; pero por el otro lado me sentía pleno, libre. - piensa un rato en lo que dirá a continuación - También recuerdo haber sentido algo muy extraño, por primera vez en mi vida sentí que no podría ser comparado con mis hermanos.
- Explicate por favor
- Hasta ese entonces yo no había sido otra cosa que el menor de siete hermanos. El que hereda la ropa y los juguetes que descartaban dos, tres o hasta cuatro varones mayores que yo. El que siempre era comparado con Lucas, Facundo, Mario y German - a tu edad Lucas tal cosa - o - por que no sos como Mario siempre con las mejores calificaciones - o - deberías jugar al rugby como Facundo - Cada cosa de mi vida siempre estuvo relacionada con alguno de mis hermanos mayores. Nunca sobresalí por mí mismo, Mi padre nunca se interesó por algo novedoso que yo hubiese hecho. Ese día hice algo novedoso, me diferencié, me dejé coger por un amigo de mi hermano.
- Tu padre no se interesó, y tu madre?
- En realidad quise decir Mis padres, me refería a ambos.
- Sí, pero dijiste "Mi padre", dejemoslo acá por hoy.

En oportunidades conviene que el paciente, luego de un desahogo muy grande, se distienda, en lugar de entrar a analizar los sentimientos asociados a los hechos o un acto fallido. Aunque conviene remarcarlos. Gabriel va caminando, lentamente hacia la aceptación de su propia sexualidad, y eso es importante, no apuremos las cosas, no vayamos a quemar etapas.

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